“EXISTE UNA INDUSTRIA DEL FUEGO EN GALICIA”, entrevista a XABIER VÁZQUEZ PUMARIÑO, por JOSEP FITA

OBRIGADO A XABIER VASQUEZ PUMARIÑO, JOSEP FITA, LA VANGUARDIA, SALVADOR SAS, EFE, CÉSAR PRÍNCIPE E ADÃO CRUZ

A leitura desta entrevista, que mãos amigas nos fizeram chegar, informa-nos sobre o que se passou recentemente na nossa vizinha Galiza. E pode ajudar-nos a perceber o que se tem passado entre nós. 

Este biólogo y consultor ambiental defiende que tras los grandes incendios del noroeste de la Península se esconden muchos interesses

El biólogo y consultor ambiental, Xabier Vázquez Pumariño (X. V.)

Josep Fita, 

La Vanguardia, 19 de Outubro de 2017

El fuego ha golpeado sin piedad nuevamente a Galicia. Las llamas han arrasado ya más de 35.000 hectáreas, según cifras recientes facilitadas por la Xunta, y han dejado cuatro muertos. Parece algo cíclico. Cada cierto tiempo los gallegos, también los portugueses, han de hacer frente a estos terribles acontecimientos. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, habló de “terrorismo incendiario”, señalando, claramente, que los fuegos –el domingo hubo más de 100 simultáneos- habían sido deliberadamente intencionados. Una tesis que horas más tarde también verbalizaría el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Sin embargo, hay otras voces que defienden que lo que ocurre en Galicia de manera recurrente poco tiene que ver con un grupo organizado de pirómanos, sino que el problema va mucho más allá. Una de estas voces es el biólogo y consultor ambiental Xabier Vázquez Pumariño.

¿Cómo se explican los grandes y numerosos incendios que cíclicamente golpean Galicia?

Hay una serie de personas que ganan siempre, pase lo que pase. Es como en el bingo, la casa siempre gana. Me refiero al lobby forestal. Y ese lobby lo ostenta, aunque me critican cada vez que lo digo, los ingenieros de montes, como colectivo.

Eso me lo tiene que explicar…

Hay que remontarse en el tiempo. Hubo un jefe medieval en Japón al que se le ocurrió un día que todo tenía que llenarse de árboles. Creó una especie de comunidad en le país nipón que se dedicó a plantar árboles. La idea la copiarían más tarde los alemanes hacia el siglo XIX. Había que poner árboles por todas partes. Estaba bien en parte porque existía, y existe, una demanda de madera.

Zonas siniestradas de los montes gallegos, en la aldea de Chandebrito en Nigrán (Pontevedra), donde fallecieron dos de las cuatro víctimas de los incendios forestales en Galicia (Salvador Sas / EFE)

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