ESPAÑOLIZAR CATALUÑA, Por Moisés Cayetano Rosado.

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Los Decretos de Nueva Planta (1707-1715) tuvieron por finalidad castigar a los que se habían alineado en contra del candidato francés Felipe de Anjou y a favor del Archiduque austríaco Carlos en la Guerra de Sucesión al Trono español, aludiendo al “derecho de conquista”. Este es el caso de la Corona de Aragón, que ya se había sublevado en 1640, ante la política centralista del conde-duque de Olivares.

Fueron abolidos casi todos los antiguos fueros de los reinos y condados aragoneses, implantando Felipe V una nueva organización político-administrativa basada en la de Castilla para todas sus posesiones, obligando al uso del idioma castellano como lengua administrativa a casi todas las instituciones que no la usaban.

El 20 de febrero  de 1712 se dictaron instrucciones secretas a los corregidores del territorio catalán: “Pondrá el mayor cuidado en introducir la lengua castellana, a cuyo fin dará las providencias más templadas y disimuladas para que se consiga el efecto, sin que se note el cuidado”.

Esta estrategia continuará durante los dos siglos inmediatos. Merece la pena detenerse en una larga cita de la Revista “Ejército y Armada”, de 1906: “Hay que castellanizar a Cataluña… Hay que pensar en español, hablar en español y conducirse como español, y esto de grado o por fuerza. El soldado y el marinero catalán deben ir a servir a otras regiones de España para frecuentar otro trato y adquirir otros hábitos y costumbres. De brusco, insubordinado, soez y grosero como es en general el catalán se volverá amable, transigente con las ideas de los demás y educado. El día 1º de febrero no debe haber un solo soldado en la región catalana siendo substituidos por los de las demás provincias españolas, llevando allí la mayor guarnición posible y manteniendo el estado de guerra”.

En 1971, viviendo en Barcelona, conocí al escritor Joaquim Horta. Mantenía viva la imagen de la humillación infligida a su madre cuando un “salvador de la Patria”, al oírla hablar en catalán dirigiéndose a él -muy pequeño y en inminente peligro al correr por las vías del “metro”-, le dijo: “Hable en el idioma del Imperio”, en tanto la maltrataba empujándola.

Por ese tiempo, entrevisté al poeta Salvador Espriu para el periódico HOY de Extremadura. Había leído aquellos versos suyos tan impactantes, del libro “Le pell de brau” (“La piel de toro”, referida a España: Sepharad, en hebreo):

Recorda sempre això, Sepharad.

Fes que siguin segurs els ponts del diàleg

i mira de comprendre i estimar

les raons i le parles diverses dels teus fills.

 

Sí, los puentes del diálogo, la comprensión de las razones y las hablas diversas de los hijos de España… Espriu era una persona de extraordinaria sensibilidad, muy dolido por el maltrato que “los castellanos” -me decía- dispensaban a su tierra. Yo, que provenía de la zarandeada, errabunda Extremadura, ni me identificaba con maltratador alguno, ni tampoco me sentía “castellano”. Pero le comprendía en su desolación, desde el desamparo y el padecer de siglos: no fue el pueblo castellano, el andaluz, el extremeño…, el que infringió el maltrato. Hay que profundizar en los manejos de los protagonistas del timón de la historia…

El caso es que hemos sido enfrentados. Y hemos sido manipulados. Y hemos sido mil veces puestos en el disparadero.

Ahora, el Ministro de Educación, José Ignacio Wert, quiere “españolizar a los niños catalanes”. Le recuerdo los versos de la gallega María Elvira Lacaci:

Quería adivinar

quienes eran “España”

entre aquellas personas con que me cruzaba.

(…) Pero no. Cada cual

un amor, una lágrima,

un rencor que no cesa.

Una perenne lucha. En su existencia.

 

Hagamos caso por una vez al gran poeta catalán Espriu, respetando las razones y las hablas que tanto a todos pueden enriquecernos. Y la no menos grande, la gallega Lacaci, buscando una España que no sea una lágrima, un rencor que no cesa, una perenne lucha entre nosotros. Nunca será mucho el diálogo y la negociación.

No es castellanizar, no es españolizar lo que debemos, sino engrandecernos con la diversidad, ya que tenemos la fortuna de haberla recibido como un legado, sagrado, de caminos distintos en nuestro colectivo batallar por la existencia.

5 Comments

  1. Castelhanizar toda a Península, tem sido o objectivo do centralismo castelhano desde que a utopia de Isabel e Fernando começou a ganhar corpo, a transformar-se numa realidade de facto, já que de jure Espanha só passou a existir após as Cortes de Cádis, em 1812. Somos todos Hispanos, como disse a Natália Correia,mas essa circunstância geográfica não pode conduzir à conclusão de que todos somos espanhóis. Os portugueses têm vivido a sua hispanidade de costas para Madrid e é assim que preferimos continuar. Catalães, bascos, galegos, têm o direito histórico e cultural de viver essa hispanidade como entendam. Custa-me a compreender como gente inteligente e culta, como os intelectuais que assinaram o manifesto contra a separação da Catalunha, pode imaginar que a «espanholidade» pode ser imposta. Por ser um problema que a todos nós interessa, a edição de 25 de Novembro será dedicada ao tema – «Espanha, existe?». Belo contributo, Moisés, um grande abraço.

  2. Para Castela ser independente e democrática tem de deixar as outras nações sê-lo também.
    Espanholizar é imperialismo.

  3. No hay cosa más vieja que inventarse un maniqueismo para luego tomar partido. Si alguien quiso escuchar al Sr. Wert, matizó claramente lo que dijo: mostrar a los niños catalanes no sólo lo que los separa de las demás personas del “Estado español” (denominación, por cierto, en la que coinciden los nacionalistas catalanes y los franquistas), sino también, aquello que tienen en común, y que les aporta cosas positivas por compartir con los que están fuera de Cataluña. Esas palabras no tienen ningún parecido a los términos de comparación que usas en tu artículo (la referencia a la revista militar cuando la declaración de estado de guerra en Barcelona a principios del s. XX, por causas, por cierto, sociales y no nacionalistas, o la mención a “la lengua del Imperio” y la agresión a la madre de tu amigo. Unir las dos cosas es tan tendencioso como si quieres unir a todos los alemanes (por cantar el Deutschland über alles) con Hitler, o a todos los comunistas con Pol Pot. Esas simplificaciones, amigo Moises, son indignas de un intelectual, incluso aunque el intelectual esté cabreado :-). El debate, en mi humilde opinion, es otro: ¿tras treinta años 1982-2012 de discurso nacional catalanista en la escuela catalana, tiene sentido pluralizar la educación y mostrar no sólo lo que separa, sino también lo que une? Salvo que entendamos que una cosa (el separatismo) es bueno que se difunda en las escuelas, y la otra (el unionismo) es nefanda y no puede ni mencionarse ¿No será mejor mostrar las dos caras de la moneda, y dejar que cada niño y joven pueda crecer conociendo hechos, y estableciendo su propia opinión, en libertad? O es que no es bueno que haya libertad para disentir ….

  4. Pereira, respeto su opinión,, pero tiene que convenir en la inoportunidad de las declaraciones, en la necesidad política de la cautela, en la conveniencia de saber donde está la herida que duele, para no rozarla o frotarla.
    Moisés

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