(Continuação)
Cuando aconteció lo que aconteció el 11 de Septiembre de 1973, en el mismo día de la muerte del Presidente Allende, su propia familia Correa García Huidobro lo metieron en un avión y lo fletaron para Europa, abandonando a su mujer, que estaba conmigo en un campo de concentración, sus ideologías, compromisos con sus colegas en peligro, pensó que recuperaría su fundo de Colchagua, que fue entregado a un capitán, tuvo ese minuto para visitar a su mujer, mi hermana, propuso divorcio, lo agarré por el culo y el pescuezo y le prohibí entrar no solo a nuestra casa, bien como si lo veía en el vecindario, lo entregaba a los amotinados. Nunca más supe de él ni sabré. Su madre Correa García-Huidobro, era pariente de mi amigo el viejito Celedonio, también propietario en Colchagua, pero era un Señor, nunca tuvo miedo a nadie, no le retiraron sus tierras, ni a él ni a mi amiga, su hija Paula. Sabía imponer respeto. Nadie lo tocaba, ni las fuerzas armadas, que lo respetaban por su sabiduría, su buen mando, su respeto a las personas y su apoyo a los inquilinos de sus tierras. El otro, se daba ínfulas de ser el quinto tetra nieto del Conde de la Conquista, Don Mateo de Toro y Zambrano y Ureta, quien el 18 de septiembre de 1810, libertó a Chile del dominio de la corona de España, a sus ochenta años, al entregar el poder a un Cabildo de chilenos: – Santiago, 26 de febrero de 1811), vizconde previo de la Descubierta, conde de la Conquista y caballero de la Orden de Santiago, fue un militar y político criollo chileno. Era un hombre digno, diferente a sus descendientes, lo que lo enaltece. Su famosa frase fue, cuando Napoleón invadió España, llevándose al Rey Fernando VII a una dorada prisión en Francia y puso en el trono a su hermano José, como todos sabemos, convocó al Cabildo de Notables mencionado antes, dijo de un modo calmo y quieto: no tenemos rey, os entrego el poder y el mando que el depositó en mí, para que os gobernéis, Chile es libre. Y se fue a su casa. Sin embargo, fue elegido Presidente de la primera Junta Gobernante de Chile, con los hermanos Carrera, patriotas de corazón, y de un propietario rural, que se presentó a prestar servicios a la Patria, fue armado coronel, capitán después y General de las Fuerzas Armadas, que libertaron Chile cuando el Rey volvió y reconquistó las colonias de su propiedad. O´Higgins y San Martín, el Libertador de Argentina, ganaron la batalla contra los retornados realistas, historia que todos sabemos y no voy a repetir. Chile pasó a ser una República, gobernada por el propietario rural, hijo del Vice Rey de España en Lima, Ambrosio O’Higgins y de doña Isabel Riquelme y Mesa. El abrazo de Maipú, cuando O’Higgins y San Martín libertan Chile de los realistas, el 12 de Febrero de 1818, después de ganar la batalla de Chacabuco, al pié de la Cordillera de los Andes, por donde habían entrado las fuerzas libertadoras, referido en páginas antes de esta.
Libertar Chile, fue difícil. Los chilenos pasaron a ser héroes. Gobernarlos, fue aún más difícil. Son ya doscientos los años de la Independencia, con guerras civiles y el despojo del poder del Gobernante, denominado Director Supremo, que fue enviado al exilio como sabemos, y nunca más regresó vivo a Chile, como he analizado en las páginas previas. Con todo, el militar afortunado, el político honesto y consciente, hubo de afrontar pruebas muy duras, como fueron los rencores desatados tras el ajusticiamiento en Mendoza de los revoltosos y anti patriotas hermanos Carrera, que habían formado un gobierno chileno paralelo en Cuyo, Argentina, y la insurrección de Concepción[1]. El 28 de enero de 1823, un cansado O’Higgins abdica del mando supremo de la patria y aceptaba el nuevo gobierno. Poco después abandonaba Chile rumbo a El Callao, el mejor Puerto del Perú.
Su objetivo era seguir viaje a Inglaterra junto con toda su familia. Para ello confiaba en los rendimientos de unas haciendas peruanas que San Martín le había donado, pero los realistas ocupaban todavía buena parte del territorio y la situación era caótica. Recibido con todos los honores, fue amablemente presionado para que asumiera el mando de las fuerzas peruanas. A la llegada a tierras peruanas del Libertador Simón Bolívar, O’Higgins entró en contacto con él y selló una fuerte amistad, al convertirse en un distinguido miembro de su Estado Mayor. El resto de estas páginas de la historia de Chile, han sido narradas antes.
Estas páginas son de la historia de Chile, del pasado. Faltan todas las recientes. Esa actualidad de un Chile traidor, recuperado con la muerte del dictador no supremo, pero asesino y traidor, como sabemos.
El conjunto de libertad, independencia, formación política de una Nación, dejaron un legado de subordinación a los patrones de Chile, que aún se refleja en la realidad actual, como fue en los tiempos del Gobierno de tres héroes, victimizados por un pueblo sin norte, hasta la asunción al poder otra vez, de la democracia en 1990, después de 18 años de una dictadura comprobadamente asesina.
Había una cierta veneración entre los trabajadores del campo para el despojado patrón, en el Gobierno de Allende.. De hecho, les debían la vida por permitirles trabajar en sus tierras. Pensando como socialista, no podría menos que decir que era justo repartir las tierras entre los que producían y no entre los que guardaban para ellos el lucro de la producción y el la plusvalía que retiraban del trabajo de los inquilinos. Podían parecer divinidades por su vestir, las casas que tenían, los colegios privados y caros en que estudiaban sus hijos. Ellos no podían hacer igual y se encomendaban a los milagros y a los santos, a los que les encendían velas, pedían ayuda y rezaban para poder sobrepasar su pobreza y el exceso de trabajo. Los antiguos dioses estaban de su parte, así lo pensaban ellos en su deambular siempre por los mismos potreros, chacras y viñedos. El culto cristiano era y es muy semejante al culto de las divinidades nativas, entre las que se escondió el culto al patrón.
Las dos formas de creer, usan imágenes que pasan a ser, como diría Paulo Freire, conceptos que parecen ser la divinidad encarnada y son reverenciadas. Hay pensamientos semejantes entre las dos religiones, la nativa es politeísta y la católica, monoteísta, humanizan sus divinidades: cada imagen
tiene un deber diferente como el tótem Chemail, que muestro en la imagen, o el tótem Pechehuen, al lado de la otra. Para su construcción se usa madera de roble pellín por su resistencia y de laurel por su connotación medicinal. Forma: tienen figura humanoide (hombre y mujer) tallados de forma rústica, dura y recta sin mucho detalle. Tamaño: más de 2 metros de altura. Color: el de la madera (colores tierra y medios rojizos).Textura: adquiere la textura del madero tallado irregularmente, en la parte de las piernas no hay mucho trabajo de tallado.
[1] El militar Juan Manuel Benavente, encabeza un movimiento en Concepción contra Martínez de Rozas, y depone a la junta de esta ciudad el 8 de julio de 1812. Carrera nombra a Benavente gobernador de Concepción y queda árbitro absoluto de todo el país. Martínez de Rozas sale desterrado para Mendoza, donde muere el 13 de marzo de 1813.