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La mayor fuente de entrada de esa parte de Chile, eran los tejidos de Chiguayante , que los propietarios de de la industria exportaban al extranjero, especialmente a Gran-Bretaña, desde donde volvían convertidos en confecciones para que los pocos ricos que habían los pudieran usar, sin saber que el tejido era chileno y la confección, británica. Como las minas del carbón de Lota, de la familia Cousiño, que la entregaron a los trabajadores porque esa explotación eran solo pérdidas. Durante el terremoto la mina quedó soterrada, lo que dio impulso al escritor Chilenos Baldomero Lillo para escribir su novela Subterra. Baldomero Lillo Figueroa (Lota, Chile, 6 de enero de 1867 – San Bernardo, Chile, 10 de septiembre de 1923) fue un cuentista chileno, considerado el maestro del género del realismo social en su país.
Una de sus obras más famosas es Subterra, que retrata la vida de los mineros del carbón de Lota, y en particular en la mina Chiflón del Diablo.
Baldomero fue hermano de Samuel Lillo, otro escritor chileno, ganador del Premio Nacional de Literatura en 1947. Subterra, su obra más conocida, se retrató en la película del mismo nombre el año 2003. Fonte: http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/lillo/autor.shtml
La revista Zig-Zag, fundada en 1905, le publica nuevos cuentos que más tarde darán cuerpo a su segundo libro Sub Sole. Por esa época entrega también al diario El Mercurio sus Relatos populares, éstos serán reunidos póstumamente en un volumen de título homónimo por Santos Vera en 1942. En 1907 publica Sub Sole, colección de cuentos cuyo escenario ya no es el de las profundidades sino que está ambientado a ras de suelo bajo la luz del sol, escribe sobre modos de vida y de trabajo del mundo campesino. La acogida prestada por la crítica a este libro no fue favorable, pues se consideró que el escritor tocaba asuntos que no conocía bien y adolecía de una cierta falta de dominio en el uso del lenguaje, que demandaba la conveniencia de volver sobre lo escrito; todo esto significó que su lucimiento fuera inferior al libro precedente: Sub Terra.
El 21 de diciembre de ese mismo año se produjo la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, huelga de las salitreras que se prolongó por dos semanas terminaría en una sangrienta represión sobre los obreros ejecutada por el ejército al mando de Silva Renard, dejando un saldo de más de dos mil víctimas, hombres, niños, ancianos y mujeres. Este hecho golpea fuertemente al escritor quien comenzaría a proyectar la idea de escribir una novela sobre este tema. En 1909, año en que muere su madre, fue enviado a Copiapó para solucionar un conflicto educacional, ocasión que aprovecha para recorrer las oficinas salitreras y el lugar de la masacre, donde logra conversar con algunos sobrevivientes y recoger material para su novela.
La visita a estos lugares le permitió entender que en este hacinamiento, miseria y desolación, existía un destino común que hermanaba a la clase obrera y que le recordaba estampas de su niñez, allá en el sur junto a los mineros del carbón. De vuelta en Santiago dictó una conferencia en la Universidad de Chile: «El obrero chileno en la pampa salitrera», que comienza así: «La gran huelga de Iquique y la horrorosa matanza de obreros que le puso fin, despertaron en mi ánimo el deseo de conocer las regiones de la pampa salitrera para relatar después las impresiones que su visita me sugiriera, en forma de cuentos o de novela». La mayor parte de su trabajo literario lo desarrolló Lillo siendo funcionario de la Universidad de Chile, ambiente propicio para estimular su veta creativa, allí compartió con los escritores Diego Dublé Urrutia, Rafael Maluenda, Max Jara, Carlos Mondaca, Eduardo Barrios (todos funcionarios de la Universidad) y con su hermano Samuel; en la oficina de este último se celebraban tertulias memorables a las que acudían como invitados Guillermo y Amanda Labarca, Antonio Bórquez Solar, Federico Gana, Valentín Brandau, Luis Ross Mujica, Eduardo García Guerrero, V. D. Silva, Manuel Magallanes Moure, además de escritores americanos y españoles. El 2 de enero de 1905 fue nombrado Oficial de Archivo y de Canje y Publicaciones, cargo que mantuvo hasta su retiro voluntario el 10 de mayo de 1917 aquejado por una tuberculosis pulmonar crónica, que le impedía cumplir con los horarios a los que su trabajo lo obligaba.
La imposibilidad de escribir esta novela lo sume en un profundo silencio pues no logra encontrar la forma ni el estilo que satisfagan su propuesta estética y que, por otro lado, no traicionen el sentimiento que había provocado en él los luctuosos hechos acaecidos en la pampa salitrera. Los estímulos permanentes de sus compañeros de generación no son suficientes para sacarle de su abulia, su debilidad pulmonar mina día a día su lazo con este mundo, que finalmente se rompe el 10 de septiembre de 1923.
(Continua)
agradeço a o meu amigo Carlos Loures editar e publicar meus textos.É pena que as imagens não aparessam fazem parte do texto.