Memorias de un extranjero extravagante – 11 – por Raúl Iturra

(Continuação)

 

Hablar de filiación en Chile, aparecen de inmediato en nuestro conocimiento, sus diversos tipos, de la forma que han existido en nuestro ordenamiento jurídico a lo largo del tiempo, a saber: legítima, ilegítima, natural y adoptiva, y dentro de ésta, simple o plena. La mencionada distinción quedó atrás a contar de octubre de 1999, con la promulgación de la Ley Nº 19.585, relativa a la filiación y la Ley Nº 19.620, que regula la adopción. Ambas se complementan, otorgando igualdad de derechos a los hijos, sean éstos biológicos o adoptivos.

 

Es, diría yo, el triunfo de la justicia, que obliga a los padres a considerar a sus descendientes a todos por igual y a otorgar derecho de alimentos a los que estaban abandonados. El Derecho Civil chileno ha ajustado sus cuentas para remediar la situación, definiendo el estatuto jurídico de los hijos, dentro de una paternidad responsable, fiscalizando el poder de los padres sobre los descendientes, limitando el concepto de Patria Potestad. Los hijos legítimos, naturales, ilegítimos, adoptados o sacrílegos, es una categoría eliminada de la ley: los hijos no deben pagar las culpas de sus padres ni ser parte de su libido.

 

Categoría acabada, finalmente.. De esta manera, la herencia y el derecho conyugal han sido remodelados, pasando así a ser una realidad la lucha de Babeuf , de 1785, explicitado en su Manifiesto de los Plebeyos, y el de Silvain Maréchal, Manifiesto de los Iguales de 1795, hasta llegar al estatuto de igualdad definido en el Manifiesto Comunista de los Marx. Si en el tiempo de la servidumbre o época feudal, el mundo culpaba a la propiedad privada de tierras y bienes, la existencia de hijos sin padres por causa del hábito del Derecho a Pernada del propietario de tierras, hoy en día sabemos por la fórmula del modo de producción capitalista enunciada por Marx, que la multiplicación de la plusvalía y las inversiones en bienes que rinden lucro, la existencia de la desigualdad. Ideas todas analizadas por mí en un libro casi imposible de publicar por su extensión: Marx un devoto luterano, o en mi publicada biografía

 

Para Siempre tricinco, Allende e Eu, de 2010, que puede ser leído en

 http://aviagemdosargonautas.blogs.sapo.pt/

 

Hoy en día, todos los hijos son iguales, gracias a la publicación de la Ley de Filiación de Octubre de 1999. Hasta ese tiempo, los hijos sin padres eran llamados huachos o guachos, en castellano chileno, como argumenté antes. Es una palabra derivada de la lengua quechua y, entre otros significados es también definido como ser solitario. De ahí a pasar a guacho, en Chile, es apenas el natural salto de no pronunciar las vocales o omitir consonantes. En relación a la palabra Huacho: origina-se do idioma quechua huacho, que significa sin madre. Pero no apenas ese corriente significado.

 

(Continua)

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François Noël Babeuf (Saint-Quentin, Picardia, 23 de novembro de 1760 — Paris, 27 de maio de 1797), conocido por el sobre nombre escogido por él, Gracchus Babeuf, fue un jornalista que participo en la Revolução Francesa , siendo ejecutado por su papel la Conspiração dos Iguais. A pesar de que los conceptos anarquismo, socialismo y comunismo no existiesen en la época que vivió, fueron usados posteriormente para describir sus ideas. En su manifiesto dice, entre otros asuntos:“Lejos de los defensores del pueblo, lejos del pueblo mismo, esta diplomacia, esta pretendida prudencia maquiavélica, esta política hipócrita que no es buena más que para los tiranos, y que en estos últimos tiempos emplean los patriotas, les ha hecho perder los frutos más bellos de la victoria del 13 Vendimiario. Reflexiones, fundadas sobre todos los ejemplos, me han dado la convicción, de que, en un estado popular, la verdad debe aparecer siempre clara y desnuda. Siempre hay que decirla, hacerla pública, hacer al pueblo entero confidente de cuanto concierne a sus intereses más importantes. Las circunspecciones, los disimulos, los apartes, entre las camarillas de hombres selectos y pretendidos reguladores, no sirven más que para matar la energía, falsificar la opinión, hacerla fluctuante, incierta, y, de ahí, despreocupada y servil, y dar así facilidades a la tiranía que puede organizarse sin obstáculos. Eternamente convencido de que nada grande se puede hacer sin contar con el pueblo, creo que es necesario, para hacerlo, decirle todo, mostrarle sin cesar lo que hay que hacer, y temer menos los inconvenientes de la publicidad de que disfruta la política, y contar más con las ventajas de la fuerza colosal que evita las trampas de la política… Hay que calcular toda la fuerza que se pierde dejando a la opinión en la apatía, sin alimento y sin objetivo, y todo lo que se gana activándola, esclareciéndola y mostrándole un objetivo.” Puede acceder al texto completo en: http://unicornio.freens.org/profpcm-aux/Marxismo/RevolucionFrancesa/Babeuf_Manifiesto_de_los_plebeyos.pdf Derecho a Pernada es el del propietario de tierras y bienes en que trabajan personas que servían al dueño, normalmente un cortesano, de penetrar a una doncella que va a casar, antes que el marido lo haga. Mozart, en 1778, masón y revolucionario, parte de la conspiración para la Revolución francesa, lacayo musical del Emperador, se rebela contra este hecho y crea, con libreto de Lorenzo da Ponte, su ópera Don Giovanni, engañando al patrón, el Emperador Francisco José II de Habsburgo La ciudad de Huacho tiene un origen remoto. El historiador Max Espinoza Galarza con la colaboración del funcionario de la FAO para la Región Norte de Latino América y autodidacta Francisco Costa Esparza en la obra Toponimia Quechua en el Perú, indican que Huacho proviene de la palabra Huaqcha que en quechua significa “Huérfano”. Debido a que los caciques de la costa norte castigaban duramente a los indios desobedientes; a ellos los desterraban al despoblado de Huacho; por eso se les llamaba Los Huachus, que significa huérfano, abandonado. Por su parte don Felipe Paz Soldán, señala que en quechua la palabra Huacho significa Camellón y en aimara becoquín o birrete. A la vez que Carlos Zegarra Talavera nos refiere que el Curaca de la zona era un tal “Huachu”, cuyo nombre fue motivo de inspiración para los españoles, comandados por el Capitán Hernando Pizarro, cada vez que mencionaban este lugar, los hispanos en vez de Huachu pronunciaban Guacho. Como esta frase se generalizó hizo popular “la tierra de Guacho. Arnaldo Arámbulo señala que Huacho es de “Gua”, amigo y “Chus”, peces; “Amigo de los Peces”.3 Hay que tomar en consideración y como punto importante, que la Diosa de los humedales era Urpay Huachac y que de su nombre derive el vocablo “Huacho”. En la sierra, correspondiente a los valles de la costa central, existió también el culto a Urpay Huachac, llevado quizá por los pescadores en sus trueques de pescado seco. Entre los habitantes de la serranías de las quebradas de Lurín y Lima eran adoradas las cinco hermanas de Pachacámac, siendo una de ellas Urpay Huachac

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