(Continuação)
El periodo 1924-1932 en Chile, donde Montero figuró políticamente, fueron años convulsos, hubo diecisiete presidentes, tres caudillos y nueve golpes de Estado, fallados y efectivos, además de nueve renuncias forzadas, dos cierres de congreso, dos crisis económicas e innumerables ministros. Radomiro Tomic(Calama, 7 de mayo de 1914 – Santiago, 3 de enero de 1992 felicitó al nuevo Presidente. Su actitud había salvado la elección de Allende, quién había triunfado por un estrecho margen de votos, como sabemos. Así y todo, al oír las fabulaciones de su correligionario y amigo Eduardo Frei, su devoción cristiana lo hizo ir de inmediato a salvar el triunfo de Allende.
Nada dijo sobre las ideas que se debatían en Palacio, no tenía ese tipo de actitud. Luchaba por la justicia, siendo una de ellas el respeto a la opinión del pueblo. , un candidato que pierde las elecciones presidenciales, y las reconoce públicamente. Causó problemas dentro de su partido que aceptaba la elección si el candidato firmara un estatuto de garantías de respetar la ley, la Constitución y el Derecho. No era un hecho insólito, pero da la impresión de ser dos elecciones sobre la misma persona.
Salvador Allende tenía paciencia y era persistente, como persona buena que era y aceptó estas condiciones, intermediadas por el Cardenal de Chile, Raúl Silva Henríquez, ese amigo que me ayudó a levantar Rocuant. Tomic sabía de estas felonías y se retiró de ellas, era un hombre de fortaleza. No volvió a su partido ni a prestar cuentas, no era debido, ni a justificar su actitud. Sabía la calaña de sus pares, por lo que se fue de Chile. El sabía lo que podría acontecer con un socialista en el gobierno. Durante la dictadura militar de Chile vivió unos años en Ginebra. En 1990, el Presidente Aylwin, con el retorno de la democracia, en ese entonces, lo nombró embajador ante la ONU en Ginebra. Como parlamentario y político fue defensor de la soberanía chilena sobre los yacimientos de cobre y el rol del Estado en la gran minería del cobre (ver Chilenización del cobre). En 1992, CODELCO nombró a un yacimiento Radomiro Tomic en su honor.
Entre otras actividades fue director del diario El Tarapacá (1937-1941) de Iquique y del Pacífico Murió en 1992 a causa de una dolencia hepática. Hasta la fecha, su partido sigue recordando sus ideas y considerándole uno de sus referentes más importantes en la historia. En tanto que, en su natal Calama, el más nuevo de los liceos de la Corporación Municipal de Desarrollo Social (COMDES), creado el año 2002, lleva su nombre.
Líder de la tendencia ideológica progresista de la Democracia Cristiana, fue el candidato presidencial de su partido a las elecciones presidenciales de 1970, donde resultó vencedor Salvador Allende. Tomic apoyó la ratificación de Allende por parte del Parlamento. Inauguró la campaña política con una frase emblemática que es recordada por el punto de inflexión que marcó al interior del partido: No me tiembla la voz para decirlo: o la revolución democrática y popular dando forma a un inmenso esfuerzo de participación del pueblo para que Chile alcance otro horizonte y un nuevo destino, o el colapso institucional dividirá gravemente a los chilenos contra sí mismos 1. Fuentes: PDC Referentes del Partido consultado el 17 de abril de 2007]. 2. Anónimo Siglo XX: autoritarismo y revolución consultado el 17 de abril de 2007]. 3. Memoria Chilena La Falange Nacional (1891-1957): Cronología consultado el 17 de abril de 2007]. 4. Marín Vicuña, Arturo La política minera chilena: respuesta a Radomiro Tomic consultado el 17 de abril de 2007].
Este fue el hombre amigo del Ingeniero, como yo de su hijo, quien pasara a seres un abogado, cientista político y consultor chileno, ex embajador de su país ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). Nació como el segundo de los nueve hijos del abogado Radomiro Tomic y colaboro con su padre en sus iniciativas y con los siete hermanos que venían tras de él. Con Allende como Presidente, todos tuvimos que cambiar. La Hermana Jefe, que se encontraba sola en Quillota, me solicitó ser transferida para Talca, sitio escogido por mí, en mi vuelta a Chile, en el año de las elecciones presidenciales. Como digo en otro libro, citado antes: Para sempre tricinco. Allende e eu, 2010. Volver a Chile con dos maestreados e como candidato a doctor por Universidades británicas muy bien consideradas, como Edimburgo y Cambridge, o es la envidia de los otros o es la lucha entre varias instituciones para recuperarme y ser miembro de alguna de ellas. Como era de suponer, ni puse los pies en la Promoción Popular, eran del grupo de los traidores al socialismo y muchos, por conveniencia, eran ya socialistas. Es natural, el socialismo materialista histórico, era un desconocido para la mayor parte del pueblo.
El candidato, no era querido por los burgueses de la Democracia Cristiana, y todo mi interés era saber cómo era el socialismo en libertad. Hechos que no se aprenden en un gabinete, es necesario usar el método etnográfico, estar en el terreno para saber cómo la gente vive y piensa. Fue lo que le solicité a mi jefe, el Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que tenía una sede en Talca. Mi valor fue admirado, no tanto por la señora madre de mis descendientes, pero si por los otros socialistas amigos o miembros del ala progresista de la Democracia Cristiana, que habían votado Allende. Entre ellos, la Hermana Jefe y el Niño. Yo había tenido mis dudas, Tomic era un gran hombre, pero no era socialista…y el socialismo había entrado hasta la médula de mis pensamientos, objetivos e ideales.
Especialmente por causa de la imagen del Presidente de la República, su devoción a la causa del pueblo y su incansable frenesí de recorrer Chile de arriba abajo, prácticamente inspeccionando las miserias por las que pasaba: falta de lugares donde trabajar, desempleo muy grande, salarios mínimos con que eran remunerados los trabajadores y lo peor, esa alienación de la que tanto hablaba Marx en el libro citado antes: La Ideología Alemana de 1843, publicada mucho más tarde, en 1939.
(Continua)