Los años sesenta del siglo XX suponen una “Edad de Oro” para el sistema capitalista, que impulsa el desarrollo acelerado del mundo occidental hasta mediados de los setenta, en que la crisis económica mundial -disparada con la subida de precios del petróleo desde 1973- lo corta.
En esos años de prosperidad, el impulso a las infraestructuras, extracción minera, industrialización, urbanización de grandes espacios y construcción de viviendas y lugares de recreo, hacen crecer la demanda de mano de obra. De zonas rurales hacia urbanas y de países mediterráneos al centro y norte de Europa, grandes masas de “capital humano” se desplazan buscando un porvenir que en origen tienen dificultoso.
Portugal y España serán dos de las naciones que entre 1961 y 1975 más se vean afectadas por el trasvase poblacional: casi el 11% de la población portuguesa y más del 4% de la española se envuelven en el proceso, siendo Alemania, Francia y Suiza los principales receptores (Ver CUADRO I)
CUADRO I.
Emigración exterior. Legales e ilegales
ESPAÑA PORTUGAL .
Legales Ilegales TOTAL Legales Ilegales TOTAL -.
1961-1965 541.104 240.846 781.950 194.072 135.860 329.932
1966-1970 405.680 217.540 623.220 452.382 217.684 670.066
1971-1975 365.099 265.251 630.350 293.728 197.655 491.383
TOTAL 1.311.883 723.637 2.035.520 940.182 551.199 1.491.381
%…………………….64’45 35’55 —- 63’04 36’96 —-
Fuentes: IEE (España). INE (Portugal). Con datos de los países de recepción Elaboración propia.
Emigración selectiva en cuanto a la edad: 98% de los que llegan a Europa tienen entre 15 y 54 años, la mejor etapa laboral (ese corte de edades, en el lugar de origen, no supera el 55% de los habitantes). En cuanto al sexo, es significativamente masculina: 82%. No es solo las preferencias de las ofertas sino la “mentalidad” de provisionalidad de los emigrantes, deseosos de un pronto retorno, luego no tan rápido, quedándose para muchos en definitiva estancia, al enraizarse los hijos (cuando logran los progenitores una vivienda, se reagrupan las familias) en el lugar de adopción.
En las profesiones de origen destaca peonaje sin cualificar, trabajadores agrarios y mujeres sin empleo. En el lugar de destino se ocuparán en construcción, hostelería, industria, minería… en puestos de baja cualificación, peonaje en general.
Desde su destino, ahorrarán cuanto puedan -incluso pasando estrecheces y a veces miseria de alimentación y hospedaje- para remitirlo a sus pueblos, donde queda buena parte de familia y donde invierten en pago de deudas, comprar vivienda, pequeños negocios (bares, comercios…), tierras… que impulsan la economía peninsular, contribuyendo a equilibrar la Balanza exterior de pagos (Ver CUADRO II).
CUADRO II.
Déficit. comercial y remesas de emigrantes (millones de pts. España y millones de escudos Portugal)
Años Déf. C. port. Rem. emig. % cubierto Déf. C. español Rem. emig. % cubierto
1961 7.972 1.489 18’68 16.723 6.958 41’61
1962 4.685 1.704 36’37 38.049 8.867 23’30
1963 5.296 2.371 44’77 60.202 12.051 20’02
1964 6.162 2.679 43’47 63.341 14.397 22’73
1965 8.526 3.378 39’62 104.199 18.042 17’31
1966 9.785 4.818 49’24 117.800 20.767 17’63
1967 9.564 6.267 65’53 106.407 19.803 18’61
1968 11.005 7.902 71’80 108.356 22.701 20’95
1969 11.191 11.812 105’55 128.572 28.175 21’91
1970 14.831 14.086 94’98 130.743 32.813 25’10
1971 18.532 18.848 101’71 110.379 38.517 34’90
1972 18.843 22.079 117’17 146.297 38.624 26’40
1973 22.430 26.452 117’93 198.933 53.007 26’65
1974 46.086 26.772 58’09 399.832 73.829 18’47
1975 40.766 21.623 53’04 572.387 58.099 10’15
Fuentes: Ministerio de Comercio (España). INE y Banco de Portugal.
No obstante, las naciones emisoras siguen al final del proceso a la cola del mundo occidental, en tanto las receptoras estaban y siguen a la cabeza del bienestar (Ver CUADRO III). Aunque supusieron un alivio para el paro obrero endémico y una contribución al desarrollo, la mala planificación político-económica de la época de bonanza (desarrollismo) primó a unas naciones y regiones (ricas y receptoras de emigración) con menoscabo de otras (pobres y emisoras de mano de obra). Además, esa pérdida de habitantes (los más jóvenes, en edad de tener descendencia) continúa siendo una muesca irrecuperable en la envejecida pirámide de edad de las zonas de emigración.
CUADRO III.
Ingresos por habitante (en dólares). 1976.
Países Ingresos
RFA 6.219
Francia 5.068
Suiza 6.934
Bélgica 5.467
Holanda 5.109
Gran Bretaña 3.375
España 2.486
Portugal 1.524
Italia 2.706
Grecia 2.140
Turquía 757
Argelia 456
Túnez 626
Marruecos 362
Yugoslavia 1.209
Fuente: SOPEMI (Système d’observation permanente des migrations). 1977.
Rapport. OCDE. Conseil de l’Europe.
Ahora, con la nueva y persistente situación de crisis, aún más profunda, cuando incluso nos estábamos acostumbrando a recibir emigrantes del este europeo, Latinoamérica y continente africano, nuevamente se comienza a mirar al exterior como “tabla salvadora”. ¿Se repetirá la historia del “desarrollismo de los años sesenta”, cincuenta años después? ¿Serán de nuevo Francia, Alemania y Suiza el destino de nuestros jóvenes, esta vez mejor formados, incluso en universidades y escuelas técnicas superiores? ¿Volveremos a perder capital humano, envejeciendo aún más la población?
Las riadas migratorias nos supusieron siempre un alivio a la situación económica y laboral, pero a la larga benefició a los receptores, que aprovecharon mano de obra joven, bien dispuesta. Ahora, además, bien preparada, formada con nuestros presupuestos económicos. Nuevos tiempos con viejas fórmulas de las que al final no vamos a ser precisamente ganadores.